Capítulo 12: Soporte a los profesores e instructores en la era digital

Figura 12.3 El equipo de soporte a la enseñanza asistida por tecnologías de la University of Bristol – (Reino Unido)

Hay muchas referencias en este libro sobre la necesidad de que los profesores e instructores trabajen, siempre que sea posible, junto con diseñadores instruccionales y productores de medios al enseñar en la era digital. Las razones son bastante obvias:

  • ningún profesor puede ser un experto en todo; trabajar en equipo permite cubrir un mayor espectro de competencias y conocimiento;
  • la tecnología debe ser utilizada para disminuir la carga de trabajo del instructor y de los docentes, no para aumentarla como sucede en la actualidad; los diseñadores instruccionales, en particular, deben ser capaces de ayudar a los profesores a gestionar su carga de trabajo y seguir produciendo educación de alta calidad; los productores de medios deben ayudar a los expertos en el tema a centrarse en el contenido y el desarrollo de las competencias;
  • la enseñanza grupal, con diferentes competencias dentro del equipo (dos o más expertos, diseñador instruccional, productor de medios) harán posible la enseñanza de mayor calidad.

Como resultado, en los últimos diez a veinte años, se ha producido una rápida expansión en el número de sistemas de apoyo a la educación, tanto a nivel central como en los diferentes departamentos académicos de las instituciones más grandes. Con el tiempo, las unidades separadas de formación docente, de soporte técnico y de educación a distancia se han fusionado o integrado en unidades multifuncionales, bajo una variedad de nombres.

A medida que la adopción del aprendizaje mixto, híbrido y online aumenta, también lo hace la demanda de estas unidades de apoyo, hasta tal punto que una universidad que conozco bien ahora cuenta con más de 60 personas de apoyo y un presupuesto de más de $ 12 millones al año para su Centro de Enseñanza, Aprendizaje y Tecnología, además de varias unidades “satélites” en las facultades más grandes. En el otro extremo, una pequeña escuela primaria se considerará afortunada si cuenta con un maestro con algún tipo de formación en el mantenimiento de computadoras y de Internet que agregará estas funciones a sus responsabilidades. Sin embargo, muchos sistemas escolares también tienen una unidad central de tecnología educativa que puede proporcionar apoyo a los maestros y a las escuelas individuales dentro del sistema.

Soy un firme partidario de este tipo de unidades especializadas para trabajar con los profesores e instructores. Sin embargo, debe haber un balance entre el servicio y los costos. La financiación de estas unidades, por lo general, proviene del presupuesto global para la enseñanza y el aprendizaje que puede conducir finalmente a clases más numerosas. Estas unidades de apoyo crecen en proporción inversa a la falta de formación docente inicial o pre-servicio y en servicio.

No obstante, estas unidades de apoyo son esenciales para el desarrollo efectivo de la enseñanza en la era digital. Por lo tanto, se debe lograr un equilibrio entre la oferta de formación en el uso de las tecnologías de aprendizaje y la necesidad de las unidades de apoyo de tecnología educativa, que en definitiva es el motivo por el cual se han integrado ambas, y la razón por la que las instituciones necesitan de una estrategia clara para ofrecer soporte a la enseñanza y el aprendizaje. Sin embargo, aunque es posible que un maestro dedicado pueda enseñar con éxito sin ese apoyo, estas unidades se están convirtiendo en un servicio esencial para la mayoría de los profesores e instructores.

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