Capítulo 4: Métodos de enseñanza online

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Figura 4.6.1 Programa del Banco de Voces Vitales de América que vincula a las ejecutivas de las pequeñas y medianas empresas de todo el mundo Imagen: © Belfast Telegraph, 2014

4.6.1 Las teorías detrás de las comunidades de práctica

El diseño de la enseñanza a menudo integra diferentes teorías del aprendizaje. Las comunidades de práctica son una de las maneras en las que el aprendizaje experiencial, el constructivismo social y el conectivismo se pueden combinar, e ilustran las limitaciones al tratar de clasificar rígidamente las teorías del aprendizaje. La práctica tiende a ser más compleja.

4.6.2 ¿Qué son las comunidades de práctica?

Definición:

Las comunidades de práctica son grupos de personas que comparten una preocupación o una pasión por algo que hacen y aprenden a hacerlo mejor, interactuando con regularidad.

Wenger, 2014

La premisa básica detrás de las comunidades de práctica es simple: todos aprendemos en la vida cotidiana de las comunidades en las que nos encontramos. Las comunidades de práctica están en todas partes. Casi todo el mundo pertenece a alguna comunidad de práctica, ya sea a través de nuestros colegas de trabajo o socios, nuestra profesión u oficio, o nuestros intereses, como un club de lectura. Wenger (2000) sostiene que una comunidad de práctica es diferente de una comunidad geográfica en que se trata de una práctica común: formas de hacer las cosas que se comparten entre los miembros.

Wenger sostiene que hay tres características propias de una comunidad de práctica:

  • dominio: un interés común que conecta y se mantiene unido a la comunidad;
  • comunidad: una comunidad está obligada por las actividades compartidas que persiguen (por ejemplo, reuniones, discusiones) en torno a su dominio común;
  • práctica: los miembros de una comunidad de práctica son practicantes; lo que hacen involucra su participación en la comunidad; y lo que aprenden de la comunidad afecta a lo que hacen.

Wenger (2000) ha argumentado que aunque los individuos aprenden a través de la participación en una comunidad de práctica, lo más importante es la generación de nuevos niveles de conocimiento o más profundos mediante la actividad del grupo. Si la comunidad de práctica se centrara en procesos de negocios, por ejemplo, podría beneficiar considerablemente a una organización. Smith (2003) señala que:

“…Las comunidades de práctica afectan al rendimiento… [Esto] es importante, en parte, debido a su potencial para superar los problemas inherentes de una jerarquía tradicional de movimiento lento en una economía virtual de rápido movimiento. Las comunidades también parecen ser una manera eficaz para que las organizaciones manejen problemas no estructurados y compartan el conocimiento fuera de los límites estructurales tradicionales. Además, el concepto de comunidad es reconocido como un medio de desarrollo y mantenimiento de la memoria de la organización a largo plazo.”

Brown y Duguid (2000) describen una comunidad de práctica con el caso de los representantes de servicio al cliente de Xerox que reparan máquinas en campo. Los representantes de Xerox comenzaron a intercambiar consejos y trucos en las reuniones informales de desayuno o de almuerzo y, finalmente, Xerox vió el valor de estas interacciones y creó el proyecto Eureka para permitir que estas interacciones sean compartidas a través de la red mundial de representantes. La base de datos Eureka se estima que le ha hecho ahorrar a la corporación U$S100 millones. Empresas como Google y Apple incentivan las comunidades de práctica para compartir el conocimiento entre los miembros de su personal.

La tecnología ofrece un amplio espectro de herramientas que pueden apoyar a las comunidades de práctica, como indica Wenger (2010) en el siguiente diagrama:

 
Figura 4.6.2 Las herramientas que apoyan a las comunidades de práctica – Imagen: Wenger, 2014

4.6.3 Diseño de comunidades de práctica eficaces

La mayoría de las comunidades de práctica no tiene un diseño formal y tienden a ser sistemas auto-organizados. Tienen un ciclo de vida natural, que llega a su fin cuando ya no pueden satisfacer las necesidades de la comunidad. Sin embargo, ahora una serie de teorías y trabajos de investigación identifica aquellas acciones que pueden ayudar a mantener y mejorar la efectividad de las comunidades de práctica.

Wenger, McDermott y Snyder (2002) han identificado siete principios claves de diseño para la creación de comunidades de práctica eficaces y auto-sustentables relacionados específicamente con la gestión de la comunidad, aunque el éxito final de una comunidad de práctica será determinado por las actividades de los miembros de la comunidad en sí. Los diseñadores de una comunidad de práctica tienen que:

4.6.3.1 Diseñar la evolución

Asegurar que la comunidad pueda evolucionar y cambiar de enfoque para satisfacer los intereses de los participantes sin alejarse demasiado del dominio de interés común.

4.6.3.2 Abrir un diálogo entre las perspectivas internas y externas

Fomentar la introducción y discusión de nuevas perspectivas que vienen o son traídos de fuera de la comunidad de práctica.

4.6.3.3 Fomentar y aceptar diferentes niveles de participación

Aceptar diferentes niveles de participación desde los miembros activos o el “núcleo”, a los que participan con regularidad pero no toman un papel destacado en la interacción, y los que (probablemente la mayoría) están en la periferia de la comunidad pero pueden llegar a ser participantes más activos si los debates se desarrollan plenamente.

4.6.3.4 Desarrollar espacios de la comunidad públicos y privados

Las comunidades de práctica se fortalecen si favorecen actividades individuales o grupales que sean más personales o privadas, así como discusiones generales más públicas como por ejemplo, las personas pueden decidir escribir en el blog sobre sus actividades, o un pequeño grupo en una comunidad online que viven o trabajan juntas también puede decidir reunirse de manera informal presencialmente.

4.6.3.5 Focalizar en el valor

Se debe tratar de identificar de forma explícita, a través de la retroalimentación y la discusión, las contribuciones que la comunidad valoriza.

4.6.3.6 Combinar la familiaridad y la emoción

Centrándose tanto en las preocupaciones y perspectivas comunes compartidas como también mediante la introducción de puntos de vista radicales o perspectivas desafiantes para el debate o la toma de acción.

4.6.3.7 Crear un ritmo para la comunidad

Es necesario que haya un programa regular de actividades o temas puntuales que convoque regularmente a los participantes, considerando sus limitaciones de tiempo y sus intereses.

Las investigaciones posteriores han identificado una serie de factores críticos que influyen en la eficacia de los participantes en las comunidades de práctica. Estos son:

  • conciencia social: las personas necesitan sentirse cómodas al participar socialmente con otros profesionales o “expertos”, y los que tienen un mayor conocimiento deben estar dispuestos a compartir de manera colegiada respetando las opiniones y los conocimientos de los demás participantes (la presencia social se define como la conciencia de los demás en una interacción combinada con el aprecio de los aspectos interpersonales de esa interacción).
  • motivación para compartir información por el bien común de la comunidad.
  • capacidad y la disposición para colaborar.

EDUCAUSE ha desarrollado una guía paso a paso para el diseño y el cultivo de las comunidades de práctica en la educación superior (Cambridge, Kaplan y Suter, 2005).

Por último, las investigaciones realizadas sobre otros sectores relacionados, como el aprendizaje colaborativo o los MOOC, dan cuenta del diseño y el desarrollo de las comunidades de práctica. Por ejemplo, las comunidades de práctica deben encontrar el equilibrio entre la estructura y el caos: demasiada estructura y muchos participantes puede resultar en una sensación de limitación para expresarse en las discusiones; muy poca estructura y pocos participantes puede resultar en una pérdida de interés rápidamente o en una sensación abrumadora.

Otros aspectos observados sobre el comportamiento online y los grupos son: la necesidad de respetar a los demás, la observación de las reglas de etiqueta online, y la prevención de que ciertos individuos dominen la discusión. Sin embargo, debido a que muchas comunidades de práctica son, por definición, auto-reguladas, es una responsabilidad de los propios participantes establecer reglas de conducta y más aún cumplirlas.

4.6.4 Aprendizaje a través de comunidades de práctica en la era digital

Las comunidades de práctica son una poderosa manifestación del aprendizaje informal. Por lo general, evolucionan de forma natural para hacer frente a los intereses y problemas compartidos. Por su naturaleza, tienden a existir por fuera de las organizaciones educativas formales. Los participantes no suelen buscar títulos formales, sino mejorar en los temas de interés y oficio. Por otra parte, las comunidades de práctica no dependen de un medio en particular; los participantes pueden encontrarse de manera presencial en un entorno social o en el trabajo, o pueden participar en comunidades online o virtuales.

Cabe señalar que las comunidades de práctica pueden ser muy eficaces en un mundo digital, donde el contexto de trabajo es volátil, complejo, incierto y ambiguo. Una gran parte del mercado de la formación continua llegará a ser ocupada por las comunidades de práctica y el autoaprendizaje, a través del aprendizaje en colaboración, el intercambio de conocimientos y experiencias, y el crowdsourcing de nuevas ideas y desarrollos. Tal disposición de aprendizaje informal será especialmente valiosa para las organizaciones no gubernamentales o de caridad, como la Cruz Roja, Greenpeace o UNICEF, o el gobierno local, que busca maneras de involucrar a las comunidades en sus áreas de operación.

Estas comunidades de aprendices serán abiertas y libres, y por lo tanto proporcionarán una alternativa competitiva a los programas onerosos de formación continua ofrecidos por las universidades. Esto ejercerá una presión sobre las universidades y colleges para flexibilizar el reconocimiento del aprendizaje informal, con el fin de mantener su actual monopolio de acreditación de la educación postsecundaria.

Uno de los avances significativos en los últimos años ha sido el uso de los cursos abiertos masivos online (MOOC) para el desarrollo de las comunidades de práctica online. Los MOOC se analizarán con más detalle en el Capítulo 6, pero vale la pena tratar aquí la conexión entre los MOOC y las comunidades de práctica. Los xMOOC más instruccionistas no están realmente muy desarrollados como las comunidades de práctica, debido a que utilizan principalmente una pedagogía de transmisión, de expertos a quienes se considera menos expertos.

En comparación, los MOOC conectivistas son una forma ideal para reunir a especialistas repartidos por todo el mundo para centrarse en un interés común o de especialidad. Los MOOC conectivistas están más relacionados con las comunidades de práctica virtuales, dado que ponen mucho más énfasis en el intercambio de conocimientos entre los participantes. Sin embargo, los MOOC conectivistas actuales no siempre incorporan lo que la investigación reconoce como las buenas prácticas para el desarrollo de comunidades de práctica, y aquellos que quieran establecer una comunidad de práctica virtual por ahora necesitarán de un proveedor de MOOC para ayudarlos a comenzar y darles acceso al software necesario para crear los MOOC.

A pesar de que las comunidades de práctica pueden llegar a ser más y no menos importantes en la era digital, es probable que sea un error pensar en ellas como un sustituto de las formas tradicionales de educación. No existe un enfoque único, “correcto” para el diseño de la enseñanza. Los diferentes grupos tienen diferentes necesidades. Las comunidades de práctica son más que una alternativa para cierto tipo de estudiantes, como los de formación continua, y es probable que funcione mejor cuando los participantes ya tengan una área de especialización y puedan contribuir personalmente de manera constructiva, lo que sugiere la necesidad de al menos alguna forma de educación general o formación previa para los que participan en las comunidades de práctica eficaces.

En conclusión, es claro es que en un mundo cada vez más volátil, incierto, complejo y ambiguo, y dado el carácter abierto de Internet, las herramientas de medios sociales ahora disponibles, y la necesidad de compartir el conocimiento a escala global, las comunidades virtuales de práctica serán cada vez más comunes e importantes. Los educadores y formadores verán la forma para aprovechar las fortalezas de este modelo de diseño, en particular para la formación continua. Sin embargo, solamente con unirse a un grupo de muchas personas con un interés común no garantiza el aprendizaje. Es necesario prestar atención a los principios de diseño que hacen que las comunidades de práctica sean efectivas.

 

Actividad 4.6 Lograr que las comunidades de práctica funcionen

  1. ¿Puede identificar una comunidad de práctica a la que pertenezca? ¿Es exitosa y respeta los principios de diseño claves anteriormente expuestos?
  2. ¿Puede sugerir una manera de desarrollar una comunidad de práctica que apoye su trabajo como docente?
  3. ¿Hay algo especial que sería necesario considerar para que una comunidad de práctica online sea efectiva y que no sería necesario en una comunidad presencial?

 

Referencias

Brown, J. and Duguid, P. (2000) Balancing act: How to capture knowledge without killing it Harvard Business Review.

Cambridge, D., Kaplan, S. and Suter, V. (2005) Community of Practice Design Guide Louisville CO: EDUCAUSE

Smith, M. K. (2003) “Communities of practice”, the encyclopedia of informal education, accessed 26 September, 2014

Wenger, E. (2000) Communities of Practice: Learning, Meaning and Identity Cambridge UK: Cambridge University Press

Wenger, E. (2014) Communities of practice: a brief introduction, accessed 26 September, 2014

Wenger, E, McDermott, R., and Snyder, W. (2002). Cultivating Communities of Practice (Hardcover). Harvard Business Press; 1 edition.

 

Otras referencias

Wenger, E., Trayner, B. and de Laat, M. (2011)Promoting and assessing value creation in communities and networks: a conceptual framework Heerlen NL: The Open University of the Netherlands

Este documento presenta una base conceptual para promover y evaluar la creación de valor en las comunidades y redes. Por creación de valor se entiende el valor del aprendizaje habilitado por la participación comunitaria y en redes.

Para leer una interesante crítica del artículo, consulte:

Dingyloudi, F. and Strijbos, J. (2015) Examining value creation in a community of learning practice: Methodological reflections on story-telling and story-reading Seminar.net, Vol. 11, No.3

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